Si tiene diabetes, es importante cuidarse los pies así como el resto del cuerpo. Examinar sus pies a diario puede prevenir problemas graves. Durante el Mes de la Salud de los Pies que se celebra en abril, infórmese más sobre cómo cuidarse los pies.
Aun si usted ha tenido diabetes por mucho tiempo, es importante aprender más sobre el cuidado de los pies y reducir su posibilidad de tener problemas que puedan resultar en la amputación de un dedo, un pie o una pierna.
Aún si usted ha tenido diabetes por mucho tiempo, este folleto le puede ayudar a aprender más. Úselo para hacer su propio plan para el cuidado de los pies.
Una vista general de las complicaciones que se presentan en los pies de los pacientes que presentan diabetes y una guía de cómo cuidar los pies.
Curación y manejo avanzado para distintos tipos de heridas como úlceras venosas, úlceras por presión, úlceras arteriales pie diabético, y complicaciones por herida quirúrgica.
¿Sabías que uno de cada 10 pacientes con diabetes tendrá una ulcera en el pie? De estos, más o menos una de cada cinco terminarán teniendo una cirugía para remover una parte del pie o pierna debido a infecciones o problemas de la úlcera.
Las heridas crónicas representan un problema importante de salud pública por su frecuencia cada vez mayor. Debido al alarmante aumento en padecimientos crónicos, como la diabetes o la demencia, y a que cada vez nuestros pacientes son más longevos, el pie diabético, las úlceras de pierna, las úlceras por presión y las complicaciones de la herida quirúrgica están inundando las consultas de todas las especialidades. Desde 1962, es sabido que las heridas bajo oclusión cierran a una mayor velocidad que aquellas en las que se permite la formación de costras o se deja deshidratar el lecho de la herida. Este hallazgo inició la era del manejo moderno de las heridas crónicas mediante la “cura húmeda” o “cura oclusiva” con apósitos especializados. Sin embargo, para que la cura oclusiva pueda tener la eficacia que se espera, es necesario seguir una serie de pasos ordenados conocidos, como preparación del lecho de la herida.
Al dañarse la piel se activan los receptores del dolor llamados “nociceptores”, estos mandan la información al cerebro y es entonces cuando el mensaje nociceptivo (de dolor) es convertido en la experiencia consiente del dolor.
Todos somos susceptibles de padecer alguna afección en la piel, sin embargo existen ciertos padecimientos que nos hacen más vulnerables, como lo son la diabetes mellitus, la insuficiencia venosa (presencia de várices), la insuficiencia arterial (isquemia), la inmovilidad (estar en cama o silla por mucho tiempo), la artritis reumatoide, el lupus eritematoso sistémico, entre otras muchas más.
